¡Hola! Hacía mucho que no podía sentarme y contaros cositas, ser mamá de dos me ha terminado por quitar el poco tiempo que le quedaban a mis días.
Hoy hace un mes que operaron a Thiago y creo que es el día perfecto para contaros qué ha pasado.
Thiago nació el 21 de Marzo, fue un parto programado debido a mi hipertensión y a los pinchazos de heparina. Adriana también fue un parto inducido por lo que ya sabia a lo que me enfrentaba.
El trabajo de parto fue muy duro, pero lo guardo con cariño por las increíbles matronas y mi marido que estuvieron pendientes de mi en cada momento, intentando aminorar cada dolor. Al nacer Thiago tuvo complicaciones para poder salir, pero todo quedó en un susto.
Llegó el día de darnos el alta, pero antes tenía que verlo la pediatra. Le vio algo en la cabeza, no estaba segura por lo que fueron a hacerle una radiografía. Esto tampoco le aclaró nada del todo por lo que nos citaron para hacerle un TAC en unos días. Al día siguiente de hacerle el TAC teníamos cita con la neurocirujana que nos dijo que Thiago tenía Escafocefalia y había que operarlo.
La Escafocefalia es la fusión prematura de la sutura sagital que se extiende de adelante atrás. En otras palabras, hay una parte del cráneo que debe estar abierta para que el cerebro crezca y Thiago la tenía cerrada. Hay diferentes tipos de problemas de cráneo, por eso a veces vemos por la calle a niños con gorros terapéuticos.
A Thiago lo operaron antes de cumplir su primer mes de vida.
Para mi esta noticia fue peor que cuando supe que Adriana era sorda. Una como mamá durante el embarazo hace todo lo que le dicen, casi robóticamente. Luché cada día de mi embarazo para que todo fuera bien, pero se nos olvida que hay cosas que no están en nuestras manos. Yo lo sentí como un fracaso mío como mujer, como madre, porque era mi cuerpo el que estaba haciéndole esas cosas a mis hijos. Sentí que la vida volvía a golpearme, sin pudor, sin importarle todo lo sufrido ya.
Quizás todo me afectó más porque tomé conciencia de volver a tener un hijo sordo, pero no me preparé para ningún otro problema más.
La operación consistió en hacerle dos aperturas en la cabeza y cortarle una parte del cráneo para dejar esa zona abierta y que el cerebro tenga espacio para crecer con naturalidad. La operación duró 2 horas y todo salió bien. Thiago estuvo tres días en la UCI recuperándose, donde yo pude estar en todo momento con él. Fueron días largos, de no dormir nada, pero ese era el único lugar donde quería estar.
Verlo tan pequeño con tantos cables, con los dos brazos con vías, todo su cuerpo lleno de pinchazos buscándole alguna vena, sin duda terminaron de romper lo poco que quedaba de mi.
Esta vez todo esto lo estoy viviendo de una manera totalmente diferente. Es algo extraño, como cuando llega a tu vida una noticia difícil y tu cuerpo no acaba de asimilarlo hasta pasado un tiempo. Ir al hospital a las revisiones me remueve todo y siento que me quiebro, pero no acabo de hacerlo.
Thiago ahora mismo tiene dos cicatrices en la cabeza, totalmente curadas. Seguimos teniendo revisiones, y las seguiremos teniendo. Al igual que a Adriana la ven sus doctores todos los años, con Thiago pasará lo mismo lo seguirán hasta que sea mayor de edad. Al ser algo de la cabeza tenemos que prestar atención a cualquier cosa que notemos.
El próximo 1 de Junio tenemos la cita para que le hagan los potenciales a Thiago. Parece que reacciona a los sonidos, pero no quiero ilusionarme.
Se que hay cosas peores en la vida, se que soy muy afortunada con los hijos que tengo, pero nada de esto puede evitar que sufra, que me duela cada cosa que les pasa. Yo me siento psicológicamente muy cansada, de todo. Necesito que por un tiempo las cosas vayan mejor, pero siempre me digo que cuando menos fuerzas parece que tengo siempre hay mas escondida en alguna parte de mi cuerpo.
Quería contaros esto por si llega a alguna familia que vaya a pasar por lo mismo. Tenemos médicos maravillosos, a Thiago lo operaron en el Virgen del Rocío de Sevilla. La operación aunque se hace larga, es corta para lo que le hacen. Ellos son unos campeones y se recuperan de maravilla. Nuestra estancia en la UCI se vio envuelta de maravillosas profesionales que estaban pendientes de que a Thiago no le doliera nada, de que estuviera cómodo y no le faltara de nada. Me ayudaron a seguir dándole el pecho, aunque para moverlo era una odisea con tanto cable pegado a él. Sin duda, a pesar de todo, soy muy afortunada porque he estado con gente increíble.