El colegio ideal

El colegio de Adriana es un centro pequeño, respecto a los colegios donde yo he estudiado. La primera impresión que me dio fue la de un lugar muy acogedor.

Allí tienen preescolar, primaria, educación especial y un aula de apoyo a la integración. Es un colegio concertado y una de las cosas que hicieron que me decidiera como primera opción fue que la Pedagoga Terapéutica (PT) y la Logopeda (L) son del colegio. Esto es un detalle importante ya que así el trato es mucho más cercano y los niños se hacen más a la forma de trabajar.

Cuando fuimos a hablar con el colegio para decirles que Adriana el problema que tenía no era un Trastorno del Lenguaje, sino que era sorda, nosotros llevábamos muy poco tiempo conociendo la noticia por lo que éramos unos novatos. Nos reunimos con la orientadora del cole y nos dijo que no había ningún problema, menudo alivio. Lo único que hicieron fue cambiar el dictamen y ver una nueva forma de trabajar con ella.

Adriana es la primera niña sorda que hay en su cole y la verdad tampoco fue algo que me preocupara, porque desde el principio vi que el centro estaba implicado en el aprendizaje de ella.

En la mochila llevaba siempre un cuaderno donde ellas me escribían lo que habían trabajado ese día, como habían visto a Adriana y alguna actividad que yo podía hacer en casa. También, llevaba una libreta donde en el comedor me escribían cuanto había comido de cada comida. Esto último fue una propuesta que hicimos a su profesora y no puso ningún impedimento, pues entendía que Adriana no sabía decirme si había comido bien o no en el cole, y como madre necesitaba esa información.

En este aspecto hablo en pasado, porque cuando mi hija entró al colegio era usuaria de audífonos y su lenguaje era muy escaso, nos comunicábamos por lengua de signos, al menos lo esencial. Ahora con los Implantes Cocleares y que habla más, no hemos necesitado esas libretas porque cada vez me cuenta más cosas de lo que hace en el cole.

¿Cómo trabajan con Adriana en su colegio? Pues bien, ella siempre está sentada en primera fila, cerca de su profesora. La PT la saca de clase tres días a la semana en sesiones de 45′ y trabaja con ella en un aula especial. La L la saca los otros dos días, de la misma forma. Además, en su clase siempre explican las cosas con imágenes y asegurándose que ella está entendiéndolo.

Este año se le está complicando el tema de la lectura a Adriana y desde el cole se reunieron todo el equipo PT, L, Orientadora, Tutora, profesora de lectura… y juntas hablaron de qué cosas se podían cambiar para que esto fluyera mejor. Después se pusieron en contacto conmigo mediante una tutoría telefónica y ahí me trasladan el nuevo método con el que van a trabajar la lectura y las pautas para yo trabajar en casa.

Pasaron unas semanas, y su tutora me volvió a dar tutoría. Yo me agobio mucho con las tutorías porque al final siempre son cosas que tenemos que mejorar, cosas que tenemos que trabajar y es un no parar. Esta vez, para mi sorpresa me llamó para tranquilizarnos y decirnos que estaba funcionando, que estaban muy contentos con Adriana, con todo lo que va avanzando y que sigamos así.

A mi todo esto me llama mucho la atención porque es algo que no he vivido en ninguno de los centros donde yo estudié, nadie se preocupaba por los alumnos.

Siempre lo digo, la suerte de mi vida ha sido la gente con la que me he ido encontrando en este camino. Todas esas personas que forman parte de nuestro equipo de aprendizaje, que se han esforzado conmigo en ayudar a Adriana a crecer. Hoy los mencionaré a todos porque jamás sabré como agradecer tanto. A Marta, su primera pedagoga. A Estibaliz y Anabel pedagoga y logopeda del cole. A Raquel la orientadora. A Mª del Mar, Fani, Marisa, Trini sus profesoras. Lourdes, su pedagoga de ASPAS. Lara su programadora. A todas ellas, gracias por hacernos crecer.

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